Francisco condenó el rechazo a los migrantes, y dio su apoyo a las negociaciones de Ginebra.
El papa Francisco condenó este domingo, en su tradicional mensaje de Pascua, el «rechazo de quien podría ofrecer hospitalidad y ayuda» a los migrantes que «huyen de la guerra, el hambre, la pobreza y la injusticia social».
«Estos hermanos y hermanas nuestros, encuentran demasiado a menudo en su recorrido la muerte o, en todo caso, el rechazo de quien podría ofrecerles hospitalidad y ayuda», estimó el pontífice, en un nuevo llamado a los países europeos para que abran sus fronteras.
Bergoglio quiso ofrecer su contrapunto de esperanza a Siria, dando su pleno apoyo a las negociaciones de Ginebra.
También rezó por Irak, Yemen, Libia y el conflicto israelo-palestino. Entrevió además un «fermento de esperanza» en los conflicto civiles en Burundi, Mozambique, República Democrática del Congo y en Sudán del Sur.